Podemos decir que la Charrería es la práctica de la equitación a la usanza mexicana, siendo ésta una de nuestras tradiciones más representativas, donde el mestizo exalta la herencia hispana e indígena con lances valerosos e intrépidos, y la mujer hace gala de su femineidad y entrega, enmarcados en una fiesta plena de colorido y música.
Todas y cada una de las suertes que dan forma al Deporte Charro tuvieron su origen en el campo, en tiempos de la Conquista y la Colonia (1519 – 1810) aún cuando los indígenas sufrían la pena de muerte si se les sorprendía montando a caballo. Sin embargo, hombres como Fray Pedro de Barrientos y Sebestián de Aparicio (considerado el padre de la charrería) impulsaron a los nativos, abolieron esa ley y enseñaron a los naturales el arte de la monta
y la crianza del ganado, ya que en el siglo XVI el auge de la ganadería era palpable y el mestizo se convirtió en un diestro y experimentado jinete quien bajo la sombra de nuestro cielo, teniendo como frontera el horizonte de la Patria, creó, dentro de las faenas campiranas como herraderos, capaderos y tuzaderos, lo que hoy en día es reconocido como el único Deporte Nacional, la Charrería.
Durante el Porfiriato, (Porfirio Díaz ex presidente de México que gobernó entre 1876 y 1911) se hicieron famosos los “Rurales”, un cuerpo de voluntarios cuya misión consistía en perseguir a los ladrones y a los asaltantes que asolaban el campo mexicano, haciendo intransitables los caminos de México. El grupo estaba formado por hombres que vestían como charros, con la clásica indumentaria, portando sombrero gris galoneado en plata. Como parte de la Secretaría de Guerra participaban en los desfiles del 5 de mayo y 16 de septiembre y eran ovacionados por la concurrencia.
Durante la época de la Revolución y el reparto agrario, muchas Haciendas desaparecieron o quedaron irremediablemente fraccionadas. Inicia entonces el éxodo masivo del hombre de campo hacia los centros urbanos. Con nostalgia, tanto el antiguo hacendado como sus caporales y vaqueros, buscan un lugar en dónde recrear las faenas campiranas que orgullosamente habían desempeñado en las haciendas, las estancias y los ranchos. Así nacen las Asociaciones y los Lienzos Charros y la Charrería se convierte en deporte nacional y espectáculo sin precedentes
Esto dio como resultado que en 1919, en la ciudad de Guadalajara, Jalisco se formara la primera agrupación formal llamada Charros de Jalisco y más tarde se fundaron muchas asociaciones a lo largo de la República Mexicana, construyendo y acondicionando lienzos Charros donde poder charrear, entonces, amistosamente unos contra otros. Actualmente se cuenta con más de 900 asociaciones en México y alrededor de 180 en 8 estados de la Unión Americana, así como unos 300 grupos de escaramuzas. Todos ellos siguiendo el objetivo social de que la Charrería impulse la equitación mexicana, así como la conservación del traje y las costumbres nacionales.
Es importante mencionar el apoyo de Expresidentes como Don Pascual Ortiz Rubio, quien instauró en 1930 el 14 de septiembre como el Día del Charro y decretó que el traje de Charro se considerara como símbolo de nacionalidad. Asimismo el General Abelardo L. Rodríguez en 1932, decretó a la Charrería como el único Deporte Nacional, siendo hoy por hoy, la Federación de Charros la que más deportistas afiliados tiene ante la Confederación Deportiva Mexicana.
Por todo lo anteriormente mencionado la figura del charro no sólo es símbolo de la mexicanidad sino un guardián constante de las tradiciones de su pueblo con plena conciencia de la preciada herencia depositada en sus manos hace siglos.
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